miércoles, 13 de febrero de 2013

EL AMOR NO TIENE EDAD NI SEXO

Cuando una persona se enamora se activan 12 áreas de su cerebro que trabajan en conjunto para segregar sustancias químicas ( dopamina, oxitocina, adrenalina y vasopresina) que inducen la conocida euforia acompañada de pasión y atracción.  Todo comienza por una primera fase de flechazo, en el que el cuerpo humano segrega unas hormonas sexuales denominadas “feromonas" que contribuyen a que nos fijemos en alguien. Después, en una segunda fase, se activan las dopaminas "que aseguran la atracción" hacía esa persona. Cuando estamos enamorados, la dopamina aumenta 7000 veces su cantidad, acompañada de la oxitocina, responsable de la pasión sexual y de las fenilananinas, responsables del entusiasmo, bloqueando el aspecto de la lógica y la razón.
El cerebro, movido por las emociones, produce sustancias químicas que hacen que la persona eleve su autoestima, experimente sensación de euforia, se sienta animada, alegre y vigorosa, estas sustancias que produce el cerebro, denominadas hormonas endógenas (ya que se producen en la corteza cerebral) se llaman "neurotrasmisores". Algunas de ellas son:
La oxitocina, que se produce cuando existe un amor pasional y se relaciona con la vida sexual.
La dopamina, que es la droga del amor y la ternura.
La finilananina, que genera entusiasmo y amor por la vida.
La endorfina, que es un trasmisor de energía y equilibra las emociones, el sentimiento de plenitud y el de depresión.
La epinefrina, que es un estímulo para el desafío de la realización de metas.
En los recién casados, se produce gran cantidad de oxitocina, que es responsable del amor pasional. Por eso ellos irradian felicidad, se sienten plenos, alegres y motivados. Al mismo tiempo, la serotonina afecta al estado de ánimo, que varía mucho durante la fase de enamoramiento dependiendo de si las expectativas creadas se ven o no colmadas. Pero, como casi todo lo bueno, los efectos de la "molécula del amor" tienen fecha de caducidad.  Entre los 18 meses y los tres años su influencia disminuye drásticamente,  la corteza se recupera. De ahí, quizás, que muchas relaciones les llega el desamor,
Eso sí, ¿qué hay de los amores duraderos?, ¿cómo se explica lo que le ocurre a las parejas que mantienen su enamoramiento durante décadas?
Al parecer, hay un segundo proceso químico que determina el éxito de las relaciones a largo plazo. Dos hormonas ejercen aquí su influencia: la vasopresina y la ocitocina. Si hay abundancia de estas hormonas endógenas, hay inteligencia emocional e interpersonal; la persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va; controla sus emociones, conoce sus habilidades y sus talentos y se siente dueña de sí misma.
Cuando uno está loco de amor por alguien, varias regiones del cerebro se activan, pero lo más importante que descubrimos es que hay actividad en una pequeña zona, cerca del cerebro. Es parte del sistema de recompensa del cerebro, es decir del sistema estimulado por la dopamina y que está asociado  a todo lo que tiene que ver con el deseo, la motivación, la concentración, el antojo, el querer conseguir algo. Y de eso se trata el amor romántico, es un deseo básico de concentrar  la atención inmediata en un individuo en especial para ganárselo.

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