viernes, 3 de junio de 2011

SINDROME DEL PADRE AUSENTE


La relacion paterno-filial se coloca en la antípoda de la madre y es esencial para que el niño asuma su propia individualidad, su identidad sexual y la autonomía psiquica necesaria para realizarse como sujeto. Cuando el padre está ausente o distante, cuando los símbolos maternales dominan y el niño está solo con mujeres, se engendra violencia y una virilidad violenta y obstensiva. es urgente recuperar la función paterna, que permite al niño resolver el complejo de edipo, diferenciarse de la madre, recibir la masulinidad y en definitiva, aceptar la realidad y crecer como un hombre libre. En la educación de los hijos dominan las madres. Ya desde un punto de vista psico-pedagógico, esto es fuertemente problemático para los adolescentes. para una sana orientación en su fe, la falta del padre es dramática y alarmante.
Aunque el término "hambre de padre" se refiere a la relación entre padre e hijo, la realción clave es entre hombres y niños. En lo realtivo al parendizaje de la masculinidad de los varones con quienes pasan su tiempo y aprenden más de aquellos con los que tienen una buena relación. Tíos, abuelos, padrastros, hermanos mayores, entrenadores, maestros, padrinos y vecinos u otros adultos varones que muestren sus variables masculinos. Todos son modelos de masculinidad dar todas las posibilidades para involucrar a más hombres que pueden ayudar a los niños a desarrollar uan imagen integral y tridimencional de la hombría. Para las escuelas, las implicaciones son claras. Allí se necesitan más hombres. "Los padres varones deberían ser mucho más que adultos secundarios o periféricos".